Pregón de las fiestas de Tordesillas 2014 por André Viard

PREGÓN DEL TORNEO DE LA VEGA

Por André Viard

Un patrimonio de España y de la Humanidad

En 1534, se celebró el primer Torneo de la Vega.

Sin embargo, esta cacería del toro salvaje se practicaba desde hace siglos en España.

Desde que la Humanidad se puso en marcha, el hombre tuvo que luchar para sobrevivir. Y si lo consiguió, a pesar de estar menos armado que otras especies, fue porque en cada grupo humano se encontraron algunos individuos lo suficientemente valerosos y generosos como para enfrentarse al reino animal, para poder dar de comer a los suyos.

Y a fuerza de valor y sacrificios, el hombre se adueñó de la Naturaleza.

En la cueva de Villars hace 23.000 años, aparece la imagen del primer cazador que tuvo la osadía de desafiar al uro, frente a frente, para matarlo.

Armado de una azagaya frente al toro que embiste, este cazador es el primer lancero.
Y este desafío es el gesto fundador de todas las tauromaquias.

A lo largo de los milenios, la caza del toro a pie se extendió por todas las civilizaciones del entorno mediterráneo, y la lanzada a caballo aparecio desde la domesticación del mismo, hace 8.000 años, en Anatolia, Siria y Egipto.
Alancear al toro era el privilegio del rey y del faraón.

En la Vega de Tordesillas lo fue también del pueblo cuando se impusieron los lanceros de a pie al lado de los caballeros.

El peso cultural de esta tradición es innegable, pero la sociedad ha evolucionado desde la ética del humanismo a la ética del animalismo .

Y en nombre de esta evolución, pretenden acabar con el Torneo.

Del humanismo al integrismo animalista

Desde los filósofos griegos, la ética se ha fundamentado en una concepción del ser humano libre, dentro de los límites de la libertad de los demás. La libertad de uno acaba donde empieza la del vecino.

Sin embargo, al desplazarse primero al campo del humanitarismo, una moral basada en principios caritativos, en detrimento de la justicia, y luego al hacer beneficiar a los animales de esta legitima caridad reservada a los humanos, la ética se ha degradado de forma alarmante.

Y en nombre de este nuevo dogma animalista, pretenden limitar los derechos de los humanos y su libertad.

La Biblia dice que Dios puso al hombre al frente de su Creación para dominarla. De hecho, los animales no entienden de caridad y la única ley que respetan es la de la jungla. En ella, cada especie tiene su propio depredador. El fuerte mata al endeble.

Los integristas animalistas pretenden promover una igualdad utópica, otorgándole al animal unos derechos similares a los del hombre, sin que el animal tenga que respetar los deberes que la vida en sociedad impone a todos. Por tanto, pretenden darle al animal más libertad que al hombre.

Este debate filosófico ha irrumpido en el mundo de la política con la creación del Partido animalista que tiene como único objetivo defender los derechos del animal y exige la prohibición del Torneo de la Vega.

¿Qué legitimidad posee un partido cuyo único programa consiste en anteponer el bienestar animal a los derechos humanos?

¡Ninguna!
Un partido así es una vergüenza para la democracia.
Es una injuria para la gente que malvive. Es un sinsentido que sólo tiene por objetivo alimentar su negocio electoralista.

Un negocio que, por cierto, ha fracasado, lo que demuestra que el fanatismo del PACMA es rechazado por la sociedad: suma menos votos a nivel nacional que los espectadores que asisten al Torneo de la Vega.

El PACMA no existiría sin el eco desproporcionado que le brindan los medios de comunicación.

A esos medios, les pido que reflexionen sobre la ayuda que ofrecen a este partido integrista animalista : del fanatismo a la barbarie hay sólo un paso, y de aquella al terrorismo, ni medio.

Que no olviden que en 2008, uno de los candidatos del PACMA al Parlamento Vasco de 2005, estuvo implicado en un atentado cometido por ETA.

Hubo 11 heridos graves.
Pero esto sólo era maltrato humano, no animal.
Y el PACMA no condenó los hechos.

Que no se olviden tampoco que las primeras leyes de protección animal fueron aprobadas por los Nazis, quienes también preferían a sus mascotas antes que a los seres humanos.

Que no olviden que Peter Singer, el ideólogo de la liberación animal, afirma que, en caso de que su barca se hundiera, entre un perro listo y un niño retrasado, rescataría al primero.

Éste es el modelo ideológico del Partido Animalista y de los veganos.

Detrás de su inmoralidad, se esconde un peligro mortal para los fundamentos religiosos, políticos, económicos, éticos y filosóficos de nuestra civilización.

Pretenden sustituir la lucha de clases por la de las especies.

En los Estados Unidos, califican estos movimientos de eco-terroristas.
En Europa, preparan una ley para aquellos que utilizan la violencia con el fin de imponer la igualdad del animal.

Y de esto puedo dar fe. Hace tres años, intentaron quemarme en mi casa con toda mi familia dentro.
Y el Frente de Liberación Animal reivindicó orgullosamente el atentado.

Denunciar el totalitarismo animalista

Al animal, conforme a la ética humanista, debemos darle el sitio que la Naturaleza le ha otorgado. Velar por su bienestar es legítimo, y denunciar los maltratos abusivos también. Pero atribuirle los mismos derechos que a los humanos sería darle la espalda a la evolución de la Humanidad.

Al toro se le mima a lo largo de toda su vida, y cuando llega la hora de matarlo, se hace con dignidad, otorgándole el privilegio de pelear por su existencia y la posibilidad de salvarla por su bravura, tanto en la plaza como en la Vega.

¿Cuántos humanos en el mundo no gozan de los mismos derechos?
¿Y qué hace el PACMA por ellos? ¿Acaso han protestado por la masacre de los niños palestinos o de los cristianos en Irak?

No. El PACMA sólo protesta por la muerte del toro en la Vega.

Y lo hace porque le da un escaparate prestigioso. El toro no le importa.
Lo que busca son los votos que puede cosechar con su protesta.

No nos dejemos engañar por sus mentiras: el animalismo es un nuevo totalitarismo que manipula a la juventud a escala mundial.

Hay que pedirle a los partidos responsables que defiendan a las minorías frente al totalitarismo.

Y a Pedro Sánchez, que dijo hace poco que no le gusta la Fiesta y que no entiende como el Toro de la Vega puede existir en el siglo XXI, hay que pedirle que reflexione antes de caer en la trampa.

Compañero Pedro, no le hagas guiños a los integristas animalistas a costa de los aficionados.
Porque de hacerles caso, mañana te pedirán prohibir a la Fiesta, luego a la caza, luego a todas las tradiciones del pueblo.

Compañero Pedro, no reniega de la cultura del pueblo. Un país sin cultura es un país sin raíces.
Y un país sin raíces es un país sin futuro.
Toda cultura que no atenta contra los Derechos Humanos se considera Patrimonio de la Humanidad.

Esto sucede en el Torneo de la Vega.
Se mata al toro, sí. Pero de forma ética y con hombría.

La clave del porvenir consiste en saber si nuestras sociedades serán capaces de salvaguardar sus culturas o si dejaran que su identidad se diluya en la nada mentirosa del seudo pensamiento progresista moderno.

Levi Strauss dijo que la intransigencia es la única manera de resistir a la barbarie, que consiste en negarle a una población el derecho a perpetuar su cultura cuando ésta no se comparte.

Ésta es nuestra misión: frente al animalismo integrista, no ceder nunca, y denunciar el peligro que representa para la sociedad.

Si prohíben al Torneo de la Vega, intentarán prohibir a la Fiesta.
Y después de la Fiesta, la caza, y todas las actividades que los integristas consideran inoportunas.

Pueblo de Tordesillas, en tu vega defendemos la libertad fundamental de poder preservar nuestra identidad y transmitirla a nuestros hijos.

La libertad cultural es un derecho constitucional.

El Torneo es un símbolo de la libertad de todas las minorías.

Pueblo de Tordesillas, sé orgulloso de haber sabido preservar tu Torneo durante cinco siglos, y cuenta con nosotros para preservarlo en adelante.

El Torneo es el patrimonio de todos los amantes de la Fiesta. Guste o no guste, el Torneo es Patrimonio de España.Y pese a quien le pese, el Torneo es patrimonio de la Humanidad.

Viva Tordesillas, viva el Torneo, viva la Fiesta y viva la Libertad.