"Tres clavos ensartan a Dios burlado
en la cruz, tiznado de sangre y pena.
Piel exangüe, blanca -de luna llena-;
boca sin aire, ojos entrecegados.
Retazos de un martirio despiadado
cubren Su cuerpo de forma serena.
Brutal llaga proclama la condena
en silencio, ya yerto: derribado.
Eccehomo que perturba la conciencia;
alma herida, aflicción desgarradora,
un vértigo de dolor e impotencia.
Solo está Cristo en la angustiosa hora;
un negro telón agranda Su ausencia:
transido, ante el Dios muerto, el Hombre llora".
Autor: Miguel Ángel Rodriguez
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